Pienso en la seguridad de las rutinas y en lo fuerte que es ese sentimiento de refugio. Lo difícil que es aventurarse y crearse un mundo propio, con sus propias reglas.
No hay cabida para mundos nuevos en este universo, Abraxas, y si lo intentas alguien te va a bajar de la nube a palos. Eventualmente quedas amoratado, sin espíritu ni nada y la rutina hasta sabe bien...