La selección española olímpica salvó con nota su última prueba antes de acudir a los Juegos Olímpicos de Londres, donde debutará el próximo 26 de julio ante Japón. Los de Luis Milla derrotaron por un gol a cero a México, uno de los equipos que llevan colgado el cartel de favorito para el oro del torneo. Los nuestros, que fueron de menos a más en el encuentro, comenzaron atenazados por la adelanta presión mexicana, que bloqueó su guión de juego elaborado desde atrás. El único tanto del encuentro, anotado por Javi Martínez de cabeza en el minuto 12 tras un saque de esquina de Juan Mata, desatascó por completo el partido, dando paso a un dominio español, tanto en el juego como en las ocasiones, en el que aparecieron de forma esporádica Fabián y Aquino para poner en algún que otro apuro a la meta española.
España y México saltaron al césped mostrando dos versiones completamente distintas. Mientras que el equipo de Fernando Tena comenzó con la clara intención de hacer gala de un fútbol elaborado, de toque, construido desde atrás y aliñado con una asfixiante presión en la salida del balón del equipo rival, a España pareció pillarle todo de improviso. El equipo de Milla comenzó con dudas debido a la gran dificultad que encontró para sacar el balón jugado desde atrás. El paso de los minutos permitió a España desperezarse y comenzar a ganar posiciones en el terreno de juego, aproximándose a la portería de Corona en numerosas ocasiones. Un disparo de Isco a la media vuelta cuando lo tenía todo para marcar fue el primer aviso serio de los nuestros.
México seguía sin renunciar a su guión inicial, mediante el que hizo un uso cabal y lleno de criterio de cada una de sus posesiones de balón. Su adelantada presión obligó a España a volcar casi todo su juego por la banda izquierda, sin demasiado éxito de cara a visitar las inmediaciones del área mexicana. A tan sólo tres minutos de cumplirse el cuarto de hora, los de Milla dieron el paso definitivo para desatascar de forma definitiva el choque. Un saque de esquina desde la banda derecha de Juan Mata fue aprovechado por Javi Martínez para abrir el marcador con un cabezazo ante el despiste generalizado existente en la zaga y en la portería mexicana.
El tanto espoleó a España y no arrugó a México, que siguió con su idea inicial de jugar el balón con buen criterio. Así el partido entró en una fase de gran intensidad y con llegadas continuas a ambas áreas. Los dos equipos buscaban la meta contraria con decisión, lo que deparó un tramo del choque muy dinámico. En el ecuador de la primera mitad tuvo lugar la primera intervención de mérito de David de Gea. El portero del United estuvo atento y evitó que la llegada con el balón controlado de Fabián pasara a mayores con una oportuna salida del área. Acto seguido, Martín Montoya mandó al limbo una gran ocasión para ampliar la ventaja española con un flojo disparo desde dentro del área tras asistencia de Mata.
El equipo de Milla fue claramente de menos a más en el encuentro. El gol de Javi Martínez ayudó a que la dinámica del choque cambiara y diera la posibilidad a España de jugar a favor del crono y con total tranquilidad. Por aquel entonces, México ya no esperaba a los nuestros tan arriba y eso nos permitió sacar el balón desde atrás con bastante más criterio del mostrado en el comienzo del partido. El primer tiempo concluyó con una España dominante a la que le falló el último pase y con dos ocasiones para modificar el marcador, una por cada bando. Adrián no fue capaz de superar a Corona en un mano a mano y De Gea acertó a despejar un potente disparo de Aquino tras una gran jugada personal.
Con el único cambio de Diego Mariño por De Gea en la portería española comenzó un segundo tiempo en el que, a diferencia del primero, ambos equipos dedicaron unos minutos a tantearse antes de lanzarse al ataque, o por lo menos intentarlo. Tras ese calmado tramo inicial, los hombres de Luis Milla volvieron a meterse entre ceja y ceja la portería de un destacadísimo Corona en busca de un gol que pudiera resultar definitivo para conseguir la victoria en la última prueba antes de los Juegos Olímpicos. México volvió a apretar el acelerador en cuanto a la presión para buscar un error de España que le permitiera agarrarse de nuevo al envite.
El comienzo del carrusel de cambios realizados por Milla coincidió con una disminución del ritmo del partido por parte de España, que no se aproximó al área rival durante un buen puñado de minutos, relajación que México intentó aprovechar para sorprender con el gol del empate. A medida que se acercaba el final, el partido fue perdiendo fuelle de forma notable. Por aquel entonces, algunos de los habituales españoles ya descansaban en el banquillo y los menos utilizados gozaban de minutos de rodaje sobre el terreno de juego. Dos ocasiones de Azpilicueta, que estuvieron cerca de aumentar la diferencia en el electrónico, pusieron punto y final a un encuentro en el que España recuperó sensaciones y mostró una notable mejoría en relación al partido en el que fue derrotado por Senegal.