Tras recorrer durante ocho años las universidades de Estados Unidos y entrevistar a más de 1.000 estudiantes y profesores, la escritora Donna Freitas ha llegado a una contundente conclusión: el sexo casual se ha convertido en el centro de la vida social de los campus; es algo común y casi obligatorio. Y, según Freitas, está haciendo que los jóvenes americanos sean cada vez más infelices.
En su nuevo libro, The End of Sex, Freitas explora lo que en EEUU se conoce como la hookup culture (“cultura del polvo” o “cultura del rollo”), un comportamiento prevalente en los campus estadounidenses que consiste en acostarse con cuanta más gente mejor, sin esperar ningún tipo de compromiso. En opinión de Freitas, que se muestra muy crítica con esta práctica, la hookup culture banaliza el sexo, lo reduce hasta su mínima expresión y “acaba siendo tan opresiva como la abstinencia”. El sexo propio de la “cultura del polvo” es, para la escritora, indiferente, irreflexivo y superficial: “Tiene mucho menos que ver con la emoción o la atracción que con las tareas del día como hacer los deberes o poner la lavadora”.
En opinión de Freitas, y tal como explicó en una columna en el Washington Post, “cuando los estudiantes esperan enrollarse con un montón de gente, el sexo resulta una obligación, no un atrevimiento. Las antiguas ideas de exploración sexual –ya sean aventuras con alguien del mismo sexo o encuentros de una noche– se han convertido en una expectativa básica”. Una expectativa que para la mayoría no se cumple, o se cumple de forma insatisfactoria.
Un poderoso cambio cultural
Tras realizar multitud de encuestas, Freitas encontró que, en un 41% de casos, los estudiantes definían sus experiencias en torno a la hookup culture como “lamentables”, “vacías”, “miserables”, “asquerosas”, “vergonzosas”, “engañosas” e, incluso, “abusivas”.
Para la escritora la “cultura del polvo” está arruinando la vida amorosa de muchos estudiantes, que no tienen ningún interés por el sexo casual pero se ven arrastrados a él por miedo a no arruinar su vida social. A muchos estudiantes les gustaría tener una relación formal, pero la cultura imperante en el campus no se lo permite. La solución pasa, básicamente, por abstenerse de practicar sexo fuera de una relación estable, algo que, según la escritora, debería promoverse en las propias universidades.
En España, aunque la hookup culture no ha llegado con tanta intensidad como en EEUU, también deberíamos estar preocupados por el sexo casual. Para el psicólogo Raúl Padilla, en España ha habido una evolución del latin lover, que nos lleva por los mismos derroteros que los campus americanos: “El latin lover intentaba tener cuantas más relaciones mejor, pero porque las mujeres no eran receptivas. Si lo intentaba con muchas, alguna caería. Pero la liberación femenina ha hecho que los encuentros sexuales crezcan de forma exponencial, y es cuando ha aparecido el hookup”.
A muchos estudiantes les gustaría tener una relación formal, pero la cultura imperante en el campus no se lo permiteEl libro de Freitas ha abierto un gran debate en EEUU y, como cabría esperar, no todo el mundo está de acuerdo con sus opiniones sobre la “cultura del polvo”. Según la socióloga Lisa Wade, autora del blog The Society Pages, el fenómeno no es tan amplio como lo pinta Freitas. En su opinión, y según sus propias investigaciones, la hookup culture alcanza a entre el 66 y el 75% de los estudiantes, pero no todos acaban consumando: sólo el 40% de los rollos acaban en coito. En términos absolutos, explica la socióloga, menos del 15% de los estudiantes mantienen más de dos contactos sexuales al año. Por lo que, asegura, no podemos hablar de un fenómeno tan extendido, y mucho menos “obligatorio”.
Para el periodista David Masciotra, que ha escrito un completo artículo al respecto en la revista The Atlantic, el fenómeno que describe Freitas no está para nada sobredimensionado. En su opinión, la hookup culture está causando mucho daño entre los jóvenes estadounidenses, pero la solución no reside en condenar el sexo promoviendo una manera de relacionarse más tradicional (por la que apuestan los sectores más conservadores), sino por hacer que sea menos aburrido.
En opinión de Masciotra, el gran problema de la cultura del polvo es que banaliza tanto el sexo que éste acaba siendo un mero trámite sin ninguna gracia. Para el periodista, el cambio de actitud de los jóvenes respecto al sexo no es más que un reflejo del un cambio en la cultura popular, que puede observarse muy fácilmente en la música o la televisión, y que ha marcado enormemente a los jóvenes estadounidenses. “El paso de la sensualidad y dulzura de los artistas de la Motown o Smokey Robinson a la agresividad y misoginia del hip-hop y Jay Z es uno de los muchos cambios en la cultura pop que indican como la industria del entretenimiento ha reforzado la cultura del polvo”. Sólo hay una manera de superar la hookup culture: devolver al sexo el atractivo, y el respeto, que ha perdido.
El sexo casual como problema psicológico
Al margen de su prevalencia en las universidades, ¿en qué momento el sexo casual deja de ser una forma normal de exploración para convertirse en un comportamiento adictivo y dañino?
Para Padilla, “desde que el sexo es tan fácil de conseguir, el amor está desapareciendo”. Y esto, explica, tiene numerosas consecuencias en hombres y mujeres. “A nivel psicológico”, explica el psicólogo, “en el varón se está produciendo una falta de resistencia a la frustración enorme. Es el efecto de la inmediatez, lo quieren todo y lo quieren ya”. En las mujeres las consecuencias son distintas, pero no menos importantes: “Están cosificando el sexo y desnaturalizando el erotismo. En vez de un acto afectivo, el sexo se convierte en un acto de consumo”.
Los jóvenes experimentan arrepentimiento, depresiones y bajadas de autoestimaLa psicóloga Linda Hatch asegura en Psych Central que las relaciones sexuales casuales, de una sola noche o con personas que se han conocido en ese mismo momento, tienen un importante impacto psicológico, aunque no sean demasiado frecuentes. Según la psicóloga, hay indicadores que muestran que los jóvenes no sólo experimentan arrepentimiento (presente en más del 70% de los casos), además tienen que lidiar con depresiones y bajadas de autoestima.
Para Hatch no cabe duda de que el sexo casual se ha convertido para muchos jóvenes en un serio problema psicológico: “Aunque la libertad sexual para explorar y experimentar suele considerarse saludable entre los jóvenes, la hookup culture ha creado un escenario propio, donde asoman muchos peligrosos asociados con trastornos de la intimidad y adicciones”.
Fuente:
http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013/04/11/la-lsquocultura-del-polvorsquo-arrasa-y-divide-a-los-psicologos-pero-no-a-los-estudiantes-118565/
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