Y entonces no sé cómo, pero las cosas se suceden rápida y efusivamente y me pregunto día a día donde estas, donde te encuentro, y lo más importante, si te encontrare algún día.
No quiero preguntarme en cambio si alguna vez me has amado con la intensidad que lo hice y sigo haciendo, aunque tenga otro amor al lado, porque aun te recuerdo, aun tu rostro me persigue cuando cierro los ojos, y contra eso no puedo luchar, ni podre jamás, quizá.
Tal vez sea hora de marchar a nuevos rumbos, mirar hacia nuevos horizontes y retratarte con besos y esperanza en mi mente marchita, dejar que todo pase por algo y a la vez por nada, dejando que los castillos en el aire de lo que pudo ser y lo que nunca fue nos observen, a ti y a mí.
Ruega mi corazón herrumbroso que nunca me olvides, que siempre me quieras, y que alguna que otra vez sea un dulce recuerdo en tus días pasados, mientras tú, esperanza de mis días venideros, beberé de nuevo de la férrea ponzoña azucarada de esta ilusión sin cimientos, porque todo se resume a esas cenizas que olvidamos apagar.
No quiero preguntarme en cambio si alguna vez me has amado con la intensidad que lo hice y sigo haciendo, aunque tenga otro amor al lado, porque aun te recuerdo, aun tu rostro me persigue cuando cierro los ojos, y contra eso no puedo luchar, ni podre jamás, quizá.
Tal vez sea hora de marchar a nuevos rumbos, mirar hacia nuevos horizontes y retratarte con besos y esperanza en mi mente marchita, dejar que todo pase por algo y a la vez por nada, dejando que los castillos en el aire de lo que pudo ser y lo que nunca fue nos observen, a ti y a mí.
Ruega mi corazón herrumbroso que nunca me olvides, que siempre me quieras, y que alguna que otra vez sea un dulce recuerdo en tus días pasados, mientras tú, esperanza de mis días venideros, beberé de nuevo de la férrea ponzoña azucarada de esta ilusión sin cimientos, porque todo se resume a esas cenizas que olvidamos apagar.