En un mundo en el que el acceso a la red se está generalizando, y ya es una realidad cotidiana en muchos países, ¿es la pornografía en internet la última gran adicción?
La asociación Project Now, que trabaja con todo tipo de problemas adictivos, lo tiene claro: rotundamente sí. Según recogen en un informe publicado en su página web, “es fácil entender por qué el porno en internet presenta tanto riesgo de adicción: induce a un estado de hiperestimulación, proporciona novedades continuamente, es fácilmente accesible, no cuesta nada y se puede llegar a él cómodamente desde casa”.
Hay dos factores clave que hacen al porno en la red intensamente adictivo: por un lado, su distribución por internet, gratuita en muchas ocasiones, ha hecho desaparecer las barreras económicas, sociales y de edad para acceder a él. Antes había que adquirir estos contenidos en soportes físicos, ya fuesen fotos o vídeos, pagando el precio y exponiéndose a ser pillado en una actividad socialmente reprobable. Además, era más difícil de conseguir para los menores de edad. Ahora cualquiera con un ordenador e internet puede verlo todo. Absolutamente todo.
Por otro lado, existen infinitos contenidos pornográficos, catalogados por temáticas y con distintos niveles de intensidad. Esto significa que el consumidor nunca llegará a aburrirse de ver siempre lo mismo, sino que puede ir navegado y satisfaciendo todos sus gustos y fantasías, sean cuales sean.
De hecho, el sexo es uno de las temáticas más ubicuas de la red. Está en todas partes: el 12% de las páginas web acogen contenidos pornográficos y Youporn, un site con vídeos gratuitos, es responsable de 2% del tráfico de la red, según Project Now.
'A ver quién aguanta más'
La regulación del acceso a contenidos pornográficos es una cuestión candente en muchos países, sobre todo en lo que se refiere a menores de edad. No poca polémica levantó el anuncio del Primer Ministro británico, David Cameron, de que impondría una restricción por defecto a la pornografía en internet.
Desde junio de 2011, un grupo de internautas ha adoptado su propio enfoque para el problema. Se trata de NoFap, una comunidad online en la que se desafían a pasar determinado tiempo sin consumir porno. Una especie dea ver quién aguanta más, que recuerda al reto que lanzaban los protagonistas de la sitcom Seinfeld en el capítulo El concurso.
El objetivo es mantenerse alejados de la pornografía para mejorar determinados aspectos de su vida que, cuentan, estaban viéndose afectados por su consumo de pornografía. Y no son pocos: el foro cuenta con miles de participantes. Aunque algunos lo hacen para probarse, para otros se trata de superar toda una adicción. Para ello funcionan como una suerte de Alcohólicos Anónimos digital y enfocados al consumo de estos contenidos.
Un grupo de autoayuda 2.0
Alexander Rhodes, programador estadounidense de 24 años creó el grupo NoFap (fap es un término muy utilizado en la red como representación onomatopéyica de la masturbación), y a estas alturas el grupo cuenta con más de 83.000 fapstronautas, como se llaman a sí mismos. “Para los adictos, se trata de recuperarse. Algunos fapstronautas están aquí para mejorar sus relaciones, ya sean de pareja o familiares, mientras que para otros es un desafío a la fuerza de voluntad. Cada uno tiene sus motivos, pero estamos aquí para apoyarnos”, ha contado Rhodes a Business Insider.
Como decimos, el número de participantes no es en absoluto despreciable, y crece rápidamente. Según una encuesta interna, el 58% de los usuarios tienen entre 20 y 29 años, aunque un preocupante 31% son adolescentes entre 13 y 19. El 75% de ellos no tiene pareja y casi la mitad nunca ha mantenido relaciones sexuales. En el grupo son bienvenidos tanto hombres como mujeres, pero la diferencia de representación es abrumadora: el 90% de los fapstronautas son hombres.
Lo que no hay en NoFap es, aparentemente, trolls. Sorprende porque es en principio un tema que se presta al chiste fácil y la crítica, y sin embargo los participantes en el grupo se lo toman en serio y con una actitud muy positiva, celebrando los retos y logros de los demás y compartiendo experiencias propias.
Y las hay para todos los gustos: desde el testimonio de un usuario de 21 años que se confiesa adicto a la pornografía y que ha hecho propósito de enmienda, hasta el descorazonador relato de un internauta que ha recaído tras 16 días de abstinencia. Mensajes de apoyo, trucos para evitar volver a las andadas, reflexiones sobre los beneficios de la abstinencia. Un auténtico grupo de autoayuda, en versión 2.0.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/tecnologia/2013-12-05/acceso-universal-y-contenidos-infinitos-porno-online-la-ultima-gran-adiccion_62396/