por . Jue Abr 17, 2014 6:05 am
Todo comenzó en mi juventud. Tendría 15 o 16 años y camino a la escuela decidí no ir.
Solía escapar con compañeras, pasábamos por la panaderia y luego al mar.
Caminábamos primero charlando, de las estúpidas profesoras, las amigas que no habían querido venir y por ultimo, siempre así, de los compañeros, esos que comenzaban a gustarnos.
Todavía no se porque en esas caminatas la familia no era un tema, o tal vez eramos mas sabias de lo que suponíamos.
A veces creo que recuerdo cada una de esas faltas, quienes íbamos, que comprábamos en la panadería y incluso donde nos dejábamos caer en el preciso momento de éxtasis, ese en el que él mar se apoderaba de todo y solo nos restaba escucharlo.
Pero esta vez era distinta, aun no se el motivo, solo que algo en mis tripas me suplicaba ir sola.
La panadería no pude pasarla por alto.
Ya a las 7.30 de la mañana esos zapatos tan de mierda que nos obligaban a usar me llevaban por la arena. Y fue parecido a otras veces pero muy diferente a la vez, el frío (los inviernos pueden serlo aun de críos) me tenia entumesida, o a mis ideas.
Además la arena colándose en mis zapatos iba dibujando un camino, hasta llegar al fin donde su firmeza me permitia jugar de niña. Todo fue distinto llegado a ella, volví a tener seguridad en mis pasos, sabia si, de un lado la mar y el innegable abismo a una magia que suponía escondía, del otro aquel camino donde sabia muchos pasos serian dados.
Entonces lo supe, aun tan joven y crédula. Lo supe como una estocada al corazón, definitiva, inutil huir.
Supe que la magia de la vida iba a rodear mis pasos, una sonrisa llego para anidar en mis labios y no escapar jamas.
Supe también que la vejez llegaría intentando arrebatar todo, pero la muy pendeja no ha podido, no aun.
Cada una de estas caracolas posee una historia macerada en arena y magia.
Cada una de estas caracolas muestra los pasos dados, mis temores, las batallas perdidas, los amores. Cada una por separado muestra eso.
Todas juntas, esta guerra ganada.
Hace un tiempo K_V me paso la foto de las caracolas, me conto donde las habia encontrado y le dije que escondían mil historias.
Historias que se ella de algún modo tendrá.
En un punto el texto puede ser una pequeña ficción sobre mi abuela, o muchas.
Grax K.
Y creí que este seria el mejor lugar para colgarlo.