La nostalgia me envuelve por estos lugares desiertos. De repente, una mano enguantada que se tiende hacia mí. La plaza desolada desaparece en un agujero negro. Con lentitud, engullida por las sombras. Un espacio absolutamente negro. La mano sigue tendida. Es extraño, me sonríe, pero no tiene cara. Sus ojos brillan, es extraño. No tiene rostro.
La estrecho recelosa, pero decidida.Y vueltas, vueltas, vueltas en un baile sin fin. Suena un vals alegre. Como peonzas atrapados en un giro infinito. Nuestros cuerpos se entienden, siguen el ritmo. Señor de capa, sombrero, traje, sin facciones.
-¿Adónde vamos?
-A ninguna parte.- Voz musical de instrumentos perfectos.
Se encienden velas a nuestro paso formando un laberinto loco. Ellas también nos siguen.
-¿Quién...?
-Nadie
El espacio se aclara, y un aroma inunda. Miel, canela, fresas. Florece un campo bajo mis pies. Crecen las rosas.
-Si el sol no te cubre, no te marchites como estas florecillas.-Voz perfecta de instrumentos musicales-¡Vamos!
Aligeramos el paso, el baile se vuelve frenético. Un multiuniverso se extiende ante nosotros. Una inmensidad de colores.
-Hasta ellas son finitas- Voz de instrumentos, perfección musical- Me alcanza una estrella. Me la ofrece y miro a través.
-Hay una niña pequeña dentro.
-Mira un poco más. -Voz de voces.
-Soy...Yo.
Se quiebra el espacio, se deforma de manera monstruosa. Cesa la gravedad, pero no estoy flotando. Estoy cayendo.
-Sólo tú puedes hacer que cobre vida. ¡Detén esta descomposición, si no, jamás habremos existido!-Voz apagada.
Aterrizamos en un mundo gris. Mi retina tuvo que acostumbrarse al cambio.En este plano post-apocalíptico y futurista, no existe la luz. Tampoco la oscuridad. Todo se reduce a neutro. Él sigue a mi lado, es un alivio.
-¿Por qué?
-No hay un por qué. Aprende a independizarte de ellos.-Voz de funeral.- Ahora, recoge toda esta materia y reconstrúyete. La materia de los sueños.
Hace ademán de irse. Le agarro con fuerza del brazo.
-Comprendo, pero no te preocupes. Volveremos a vernos. Puede que mañana, o 30 años más tarde. Estamos hechos de la misma materia.-Voz de estrellas infinitas-
Su capa ondea al viento, su figura se recorta en un paisaje moribundo. Ya sólo queda su sombra rasgando el cielo, y el sabor amargo de la despedida.
Camino por parajes destruidos. La farola que acabo de cruzar, parece que me está guiñando un ojo. Parpadea. Acabo el viaje como lo empecé: sola. Pero con una nueva experiencia. Lo agarraré con las dos manos.
La estrecho recelosa, pero decidida.Y vueltas, vueltas, vueltas en un baile sin fin. Suena un vals alegre. Como peonzas atrapados en un giro infinito. Nuestros cuerpos se entienden, siguen el ritmo. Señor de capa, sombrero, traje, sin facciones.
-¿Adónde vamos?
-A ninguna parte.- Voz musical de instrumentos perfectos.
Se encienden velas a nuestro paso formando un laberinto loco. Ellas también nos siguen.
-¿Quién...?
-Nadie
El espacio se aclara, y un aroma inunda. Miel, canela, fresas. Florece un campo bajo mis pies. Crecen las rosas.
-Si el sol no te cubre, no te marchites como estas florecillas.-Voz perfecta de instrumentos musicales-¡Vamos!
Aligeramos el paso, el baile se vuelve frenético. Un multiuniverso se extiende ante nosotros. Una inmensidad de colores.
-Hasta ellas son finitas- Voz de instrumentos, perfección musical- Me alcanza una estrella. Me la ofrece y miro a través.
-Hay una niña pequeña dentro.
-Mira un poco más. -Voz de voces.
-Soy...Yo.
Se quiebra el espacio, se deforma de manera monstruosa. Cesa la gravedad, pero no estoy flotando. Estoy cayendo.
-Sólo tú puedes hacer que cobre vida. ¡Detén esta descomposición, si no, jamás habremos existido!-Voz apagada.
Aterrizamos en un mundo gris. Mi retina tuvo que acostumbrarse al cambio.En este plano post-apocalíptico y futurista, no existe la luz. Tampoco la oscuridad. Todo se reduce a neutro. Él sigue a mi lado, es un alivio.
-¿Por qué?
-No hay un por qué. Aprende a independizarte de ellos.-Voz de funeral.- Ahora, recoge toda esta materia y reconstrúyete. La materia de los sueños.
Hace ademán de irse. Le agarro con fuerza del brazo.
-Comprendo, pero no te preocupes. Volveremos a vernos. Puede que mañana, o 30 años más tarde. Estamos hechos de la misma materia.-Voz de estrellas infinitas-
Su capa ondea al viento, su figura se recorta en un paisaje moribundo. Ya sólo queda su sombra rasgando el cielo, y el sabor amargo de la despedida.
Camino por parajes destruidos. La farola que acabo de cruzar, parece que me está guiñando un ojo. Parpadea. Acabo el viaje como lo empecé: sola. Pero con una nueva experiencia. Lo agarraré con las dos manos.