Tiempos de éxito y triunfo sin sentido,
Lúgubres trofeos como corona;
Desolado, mi reino desmorona
Noches de soledad, ser afligido.
En cama vacía y repleta anido,
Mientras mi nostalgia la apisona;
Blanco es el llanto que no me perdona,
Sombrío el deseo, vivo perdido.
¿Quién lanzó aquel grito al airado viento
Que recojo ahora en vacía tempestad,
Mientras con un beso la luna tiento?
Sin duda fue mi reina, Majestad,
Cuya pueril codicia y atrevimiento,
Mi corazón hizo su potestad.