Diario sepia

¿Cómo pasar por alto lo que la vida pone delante de nuestras narices? Si voy caminando, de noche, bajo la lluvia, y me da por mirar hacia un rincón oscuro, sin que hubiera motivo alguno para mirar, y ese rincón hasta el momento oscuro se ilumina apenas pongo mis ojos en él, y justo en ese lugar hay un pequeño, peludo y tierno gatico, temblando de frío, clamando por una madre inexistente, a punto de morir de hambre. ¿Puede un ser humano seguir su camino como si el rincón jamás se hubiera iluminado? ¿Cómo pretender ignorar que a dos metros de mí la muerte acechaba con hambre y frío?
Se dejó tomar sin resistencia y al contacto de mi pecho comenzó a trepar hasta instalarse cómodamente entre mi cuello y mi barba. Es de color sepia con algunos lunares blancos. La punta de las orejas es de un color más oscuro, al igual que sus patas traseras y su cola. Mi experiencia con gatos me dice que es hembra, pero de todas formas el sexo de los gatos en general, y de los gatos pequeños en particular, suele ser confuso. sus grandes ojos son azules.
Ya que llegó a mi casa la lluviosa noche del 18 de junio decidí llamarle Paula. Espero que os guste el nombre.