A veces los tiempos fallan. Le fallaron a el. Porque tenía delante suyo tenía unos grandes ojos castaños llenos de fe quebrada, porque en su mirada lánguida brillaban alternandose el desconsuelo y la rabia. Y el, que se moría por dentro, no podía hablar. Los tiempos le habían fallado y solo podía dedicarle una mirada de larga desdicha que le dijera todo sin decirlo. En el lenguaje de los que callan, podía hablarle, decirle cuanto necesitaba que volviera su risa liviana y cascabelera... Pero esa voz nunca la alcanzaría. Aunque la tuviera abrazada, estaba muy lejos como para poder oirlo. "Brillas cuando sonríes." podría decirle, y quizás bastara para que ella comprendiera, y se alejara alarmada, asustada, asqueada quizás.
Si solo hubiera nacido el despues, o ella antes... ¿Pero serviría aquello? ¿La miraría igual si no tuviera esa inocencia de quinceañera soñadora? ¿La habría mirado igual cuando era frívolo y loco? No podía saberlo, pero no importaba. Las cosas eran como eran, le fallaban sus treinta años y le fallaban los 16 de ella. Le fallaba ese sentimiento erróneo al que no se atrevía a ponerle nombre.
Lo miró entonces, con los ojos grandes y dormilones. Le sonrió, con una sonrisa desteñida. "Gracias" músito"por todo"
Y entonces algo se le tensó en el pecho, porque en el lenguaje de los que callan ella tambien quería hablarle. En sus ojos aparecía un grito de ese dolor adolescente que rompe y desgarra (tan distinto a su vacío maduro)... Y entendió, con rabia, con dolor : A ella, los tiempos tambien le habían fallado.
"De nada" le respondió, y ese de nada fue como una lágrima ardiente.
Si solo hubiera nacido el despues, o ella antes... ¿Pero serviría aquello? ¿La miraría igual si no tuviera esa inocencia de quinceañera soñadora? ¿La habría mirado igual cuando era frívolo y loco? No podía saberlo, pero no importaba. Las cosas eran como eran, le fallaban sus treinta años y le fallaban los 16 de ella. Le fallaba ese sentimiento erróneo al que no se atrevía a ponerle nombre.
Lo miró entonces, con los ojos grandes y dormilones. Le sonrió, con una sonrisa desteñida. "Gracias" músito"por todo"
Y entonces algo se le tensó en el pecho, porque en el lenguaje de los que callan ella tambien quería hablarle. En sus ojos aparecía un grito de ese dolor adolescente que rompe y desgarra (tan distinto a su vacío maduro)... Y entendió, con rabia, con dolor : A ella, los tiempos tambien le habían fallado.
"De nada" le respondió, y ese de nada fue como una lágrima ardiente.