Este asilo abandonado se encuentra en el condado de East Sussex, en el sur de Inglaterra.
Fue inaugurado en 1903 para aliviar el problema de hacinamiento que habia en el resto de asilos de la zona.
Se construyó en un lugar idílico, totalmente aislado en el campo, al estilo victoriano y sin que le faltase de nada.
En este asilo se puso en marcha un nuevo modo de tratar a los pacientes y sus enfermedades, basándose en el aislamiento que proporcionaba el lugar y su maravilloso entorno natural.
Atrás quedaban los ambientes lóbregos y las lobotomías para dar paso, en asilos como el de Hellingly, a espacios abiertos y luminosos en entornos rurales, alejando a sus pacientes del mundanal ruido y de traumas pasados.
A excepción de un breve periodo de tiempo en los años 30, el hospital funcionó a pleno rendimiento hasta mediados de los 90, adaptándose en cada época a las necesidades que la sociedad requirió. La línea ferroviaria funcionó hasta 1959, cuando se dejó de usar el carbón para las calderas que se modernizaron y comenzaron a usar petróleo.
Como suele suceder en muchos hospitales de este tipo, la cercanía del nuevo milenio y las nuevas tendencias médicas, junto al altísimo coste de mantenimiento de sus viejas estructuras, acabaron con ellos. Hellingly cerró sus puertas en 1994. Algunas zonas del complejo continúan en nuestros días teniendo algún uso, pero la mayoría de los bloques quedaron en total abandono siendo presa de vándalos y demás alimañas. Varios incendios destruyeron por completo algunas zonas y otras han sido demolidas ante el colapso inminente.
Y aquí termina mi trilogía de lugares agradables para visitar con la familia, sobre todo con miembros de la tercera edad que queramos quitar de en medio sin levantar sospechas ;D
Fue inaugurado en 1903 para aliviar el problema de hacinamiento que habia en el resto de asilos de la zona.
Se construyó en un lugar idílico, totalmente aislado en el campo, al estilo victoriano y sin que le faltase de nada.
En este asilo se puso en marcha un nuevo modo de tratar a los pacientes y sus enfermedades, basándose en el aislamiento que proporcionaba el lugar y su maravilloso entorno natural.
Atrás quedaban los ambientes lóbregos y las lobotomías para dar paso, en asilos como el de Hellingly, a espacios abiertos y luminosos en entornos rurales, alejando a sus pacientes del mundanal ruido y de traumas pasados.
A excepción de un breve periodo de tiempo en los años 30, el hospital funcionó a pleno rendimiento hasta mediados de los 90, adaptándose en cada época a las necesidades que la sociedad requirió. La línea ferroviaria funcionó hasta 1959, cuando se dejó de usar el carbón para las calderas que se modernizaron y comenzaron a usar petróleo.
Como suele suceder en muchos hospitales de este tipo, la cercanía del nuevo milenio y las nuevas tendencias médicas, junto al altísimo coste de mantenimiento de sus viejas estructuras, acabaron con ellos. Hellingly cerró sus puertas en 1994. Algunas zonas del complejo continúan en nuestros días teniendo algún uso, pero la mayoría de los bloques quedaron en total abandono siendo presa de vándalos y demás alimañas. Varios incendios destruyeron por completo algunas zonas y otras han sido demolidas ante el colapso inminente.
Y aquí termina mi trilogía de lugares agradables para visitar con la familia, sobre todo con miembros de la tercera edad que queramos quitar de en medio sin levantar sospechas ;D