Prólogo: Yo, la Sombra.
Me amas....sufres por mi, tu alma, ingenua, se retuerce de dolor, me necesitas, te enredas entre mis sueños y mi extravagancia, no me comprendes, soy como un enigma por descifrar....
Pero no conseguirás nada... Sueñas con ser mi príncipe de la luz y sacarme de la miseria en la que caí...Pero no lo harás...no puedes...porque yo no soy una princesa encerrada, soy una niña, una mujercita torturada por las tinieblas, y soy tan ficticia para ti como Alicia o Sherezade. No podrás rescatarme porque nadie tiene el poder de vencer los terrores y las angustias de nadie.
Olvidame. No soy real, no existo, soy un personaje imaginado por algun escritor cobarde. Olvidame, sólo soy un disfraz, una máscara que otro usa para no enfrentar la parte oscura de su alma. Me llamo Sombra, y sólo soy la sombra de un escritorcito de escuela, uno barato, demasiado triste y miedoso como para acabar sus historias. Soy solo un personaje a la deriva, sin final, sin principio...Tinta maltratando el papel, la trasncripcion de un deseo oculto, de una lágrima interna y desesperada. Olvídame... soy un alarido silencioso, palabras sin pronunciar y sin destino...
No puedes venir a buscarme, porque estoy muy dentro del alma de otra persona, porque soy nadie, porque soy una voz triste en el interior de un corazón maltratado . No me persigas...amála a ella, a ella que está delante, a ella que es real, simple y clara como una mañana de domingo.
Yo soy silencio y desdicha....un retazo de oscuridad, un pedazo de alma hecho girones.