Poeta y escritora española de origen gallego (1837-1885). Escribió una obra poética de marcado tono melancólico, íntimo y sombrío.
Nació el 24 de febrero de 1837 en Camino Novo, un arrabal de Santiago de Compostela.
Figura en el registro del Hospital Real de Santiago de Compostela como hija de padres desconocidos, aunque se sabe que es hija del semirarista José Martínez Viojo y de María Teresa de la Cruz de Castro, de familia hidalga.
Pasa sus primeros años al cuidado de unas tías paternas y posteriormente se traslada a Padrón para vivir con su madre. Su nodriza le enseñó la el gallego y le hizo conocer la poesía popular en esa lengua.
Viaja a Madrid en 1856, donde conoce a Manuel Murguía, con el que contrae matrimonio y quien la pone en contacto con Bécquer y su círculo. En 1857 publica su primer libro poético, La Flor, al que le siguen Cantares gallegos de 1863, y Follas Novas de 1880, ambos escritos en gallego. Su obra principal, En las orillas del Sar, se publicó en castellano en 1884.
Con Cantares gallegos se situó como precursora, junto a Curros Enríquez y Pondal, del Rexurdimento cultural de Galicia. La crítica subraya su feminismo pionero. Además fue autora de las novelas La hija del mar (1859), de carácter folletinesco; Flavio (1861) y la costumbrista Ruinas (1866). También publicó las tituladas El caballero de las botas azules, en 1867, y El primer loco, en 1881.
Fue madre de seis hijos, y de su matrimonio, se dice que no fue feliz.
De salud delicada y temperamento depresivo, Rosalía de Castro falleció el 15 de julio de 1885 en A Matanza (Padrón).
Negra sombra del alba
Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me asombras
a los pies de mis cabezales
tornas haciéndome mofa.
Cuando imagino que te has ido
en el mismo sol te me muestras
y eres la estrella que brilla
y eres el viento que zumbas.
Si cantan, eres tú que cantas.
Si lloran, eres tú que lloras
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora.
En todo estás y tú eres todo
para mí y en mí misma moras,
ni me abandonarás nunca,
negra sombra que me asombras.
(Follas Novas)
Los tristes
1
De la torpe ignorancia que confunde
lo mezquino y lo inmenso,
de la dura injusticia del más alto,
de la saña mortal de los pequeños,
no es posible que huyáis cuando os conocen
y os buscan, como busca el zorro hambriento
a la indefensa tórtola en los campos
y al querer esconderos
de sus cobardes iras, ya en el monte,
en la ciudad o en el retiro estrecho
ahí va!, exclaman, ahí va! y ahí os insultan
y señalan con íntimo contento
cuál la mano implacable y vengativa
señala al triste y fugitivo reo.
2
Cayó por fin en la espinosa y turbia
recia corriente, y descendió al abismo
para no subir más a la serena
y tersa suprerficie. En lo más íntimo
del noble corazón ya lastimado,
resonó el golpe doloroso y frío
que ahogando la esperanza
hace abatir los ánimos altivos
y llegando las alas torvo y mudo
en densa niebla se envolvió su espíritu.
(Rosalía de Castro, En las orillas del Sar)
Nació el 24 de febrero de 1837 en Camino Novo, un arrabal de Santiago de Compostela.
Figura en el registro del Hospital Real de Santiago de Compostela como hija de padres desconocidos, aunque se sabe que es hija del semirarista José Martínez Viojo y de María Teresa de la Cruz de Castro, de familia hidalga.
Pasa sus primeros años al cuidado de unas tías paternas y posteriormente se traslada a Padrón para vivir con su madre. Su nodriza le enseñó la el gallego y le hizo conocer la poesía popular en esa lengua.
Viaja a Madrid en 1856, donde conoce a Manuel Murguía, con el que contrae matrimonio y quien la pone en contacto con Bécquer y su círculo. En 1857 publica su primer libro poético, La Flor, al que le siguen Cantares gallegos de 1863, y Follas Novas de 1880, ambos escritos en gallego. Su obra principal, En las orillas del Sar, se publicó en castellano en 1884.
Con Cantares gallegos se situó como precursora, junto a Curros Enríquez y Pondal, del Rexurdimento cultural de Galicia. La crítica subraya su feminismo pionero. Además fue autora de las novelas La hija del mar (1859), de carácter folletinesco; Flavio (1861) y la costumbrista Ruinas (1866). También publicó las tituladas El caballero de las botas azules, en 1867, y El primer loco, en 1881.
Fue madre de seis hijos, y de su matrimonio, se dice que no fue feliz.
De salud delicada y temperamento depresivo, Rosalía de Castro falleció el 15 de julio de 1885 en A Matanza (Padrón).
Negra sombra del alba
Cuando pienso que te fuiste,
negra sombra que me asombras
a los pies de mis cabezales
tornas haciéndome mofa.
Cuando imagino que te has ido
en el mismo sol te me muestras
y eres la estrella que brilla
y eres el viento que zumbas.
Si cantan, eres tú que cantas.
Si lloran, eres tú que lloras
y eres el murmullo del río
y eres la noche y eres la aurora.
En todo estás y tú eres todo
para mí y en mí misma moras,
ni me abandonarás nunca,
negra sombra que me asombras.
(Follas Novas)
Los tristes
1
De la torpe ignorancia que confunde
lo mezquino y lo inmenso,
de la dura injusticia del más alto,
de la saña mortal de los pequeños,
no es posible que huyáis cuando os conocen
y os buscan, como busca el zorro hambriento
a la indefensa tórtola en los campos
y al querer esconderos
de sus cobardes iras, ya en el monte,
en la ciudad o en el retiro estrecho
ahí va!, exclaman, ahí va! y ahí os insultan
y señalan con íntimo contento
cuál la mano implacable y vengativa
señala al triste y fugitivo reo.
2
Cayó por fin en la espinosa y turbia
recia corriente, y descendió al abismo
para no subir más a la serena
y tersa suprerficie. En lo más íntimo
del noble corazón ya lastimado,
resonó el golpe doloroso y frío
que ahogando la esperanza
hace abatir los ánimos altivos
y llegando las alas torvo y mudo
en densa niebla se envolvió su espíritu.
(Rosalía de Castro, En las orillas del Sar)