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A simple vista parecen jovencitas, acicaladas con vestidos, collares y rostro maquillado, y moviéndose sensualmente al ritmo de la música. Pero en realidad son chicos que bailan ante decenas de hombres que les miran de forma lasciva.
En Afganistán es tradición vestir de mujer a niños y adolescentes para hacer las delicias de varones que buscan en ellos lo que no pueden conseguir de las mujeres en una sociedad tremendamente conservadora en la que ellos y ellas viven casi en mundos separados. Es decir, diversión y sexo.
Por primera vez el Gobierno afgano se propone combatir la tradición de los denominados 'bacha bazi' (niños juguetones), que no es más que pura pedofilia y que hasta ahora se consideraba un tema tabú. Esta práctica ha aumentado muchísimo desde la caída del régimen talibán en 2001 -según la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán (AIHRC)-, pero todo el mundo hace la vista gorda.
El excelente documental 'The dancing boys of Afghanistan' (Los niños danzantes de Afganistán), del periodista afgano Najibullah Quraishi, es tal vez la mejor prueba gráfica de la existencia de estos abusos. El vídeo pone los pelos de punta.
No sólo aparecen muchachitos vestidos de mujer bailando, sino también cómo los jóvenes son captados cuando aún son niños, ofreciéndoles dinero a cambio de hacer algo tan inofensivo inicialmente como aprender a bailar como una chica.
Después empiezan los abusos y ya no pueden salir de ese círculo. Si intentan escapar, les puede costar la vida. En el documental un comandante local reconoce ante la cámara haber fornicado con esos adolescentes porque, justifica, "ellos querían".
"Esta práctica se ha extendido durante los últimos 10 años", asegura el responsable de derechos del menor de la AIHRC en Kabul,Abdullah Abid, que lo achaca a la impunidad generalizada en el país y al poder cada vez mayor de los 'señores de la guerra'. De hecho, los talibán prohibieron esta tradición durante su régimen. La consideraban anti islámica.
"El Código Penal afgano castiga los abusos sexuales a niños, pero no dice nada sobre vestirlos y maquillarlos como mujeres, u obligarles a bailar como divertimento", explica Abid, que destaca que urge un cambio legislativo. De momento, la AIHRC pretende investigar esta lacra y después llevar a cabo una campaña en contra. El problema es que no es una cuestión menor.
'Señores de la guerra' y comandantes locales son quienes captan a estos menores y los consideran su propiedad, pero el gusto por verles bailar está preocupantemente más extendido.
una de las principales arterias comerciales de Kabul, resultaba sencillísimo encontrar vídeos de niños vestidos de mujer bailando sensualmente ante un público masculino. Los comerciantes ambulantes los vendían.
Karim, uno de los pocos comerciantes que accedió a hablar sobre el tema con esta periodista, y que reconoció sin tapujos que los vídeos de 'bacha bazi' tenían "mucha salida": "Desde hace un mes están prohibidos. Si la policía ve que los vendemos, nos requisan y queman todo" Su precio era una miseria: 25 o 30 afganis (entre 33 y 40 céntimos de euro). Los vídeos procedían de Pakistán, país al que los afganos suelen achacar todos los males de Afganistán. "No sé de dónde los traían, pero estaban por toda partes"
Parece cierto que el Gobierno pretende erradicar estos casos de pedofilia, pero no será sencillo. "Después de que Sima Samar anunciara en la prensa que la AIHRC hará una investigación sobre los 'bacha bazi', recibió una llamada amenazadora. Le preguntaron si no había encontrado otro tema para investigar", relata Abid, en referencia a la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos. Sin duda, el estudio hará que hablar.
Mutismo entre las ONG
La unidad de protección al menor en Afganistán de la ONG Save the Children declinó pronunciarse sobre la tradición de los 'bacha bazi'. Su responsable de prensa, Nargis Azaryun, se limitó a declarar a EL MUNDO que la asociación nunca ha abordado el acoso sexual a menores aunque, aseguró, "en el futuro" pretende hacerlo. La organización afgana Aschiana, especializada en ayudar a niños y niñas de la calle -los más vulnerables a ser captados como 'bacha bazi'-, evitó contestar las insistentes llamadas de esta periodista cuando solicitó información sobre esta práctica. "Nunca hemos tratado el abuso sexual a menores en Afganistán y es algo que, sin duda, debemos enmendar", fue la respuesta de un responsable de otra ONG internacional, ChildFund Afghanistan, destinado en Kabul hace tan sólo una semana. Él mismo mostró su sorpresa por esta laguna de su asociación. / M. B.
Personalmente veo algo cultural el que en algunas regiones de países asiáticos vistan a los niños como niñas hasta que cumplen cierta edad.
Lo que me parece aberrante es el maquillarlos y obligarlos a comportarse algo que no son todo para el simple divertimento y lascivia del que consume estos "servicios". Y hablo de cuando son niños, niños.
Y el comentario de ese Comandante local: "ellos querían".......
La verdad es que no cambiarán, lo llevan arraigado desde siglos. Que sigan viviendo con mentalidad del s.XII
