Sé que ha muerto mucha gente en estos días pero Sampedro se merece veinte post propios.Muere el humanista y escritor José Luis Sampedro
Falleció en la madrugada del día 8 pero la noticia no se ha conocido hasta este martes por su expreso deseo. Entre sus obras destacan grandes éxitos como 'Octubre, octubre', 'La sonrisa etrusca' o 'La vieja sirena'
El escritor barcelonés José Luis Sampedro, de 96 años, falleció este lunes en Madrid. Entre las obras del prolífico autor destacan grandes éxitos como 'Octubre, octubre', 'La sonrisa etrusca' o 'La vieja sirena'. Por expreso deseo del autor, la noticia de su fallecimiento no se ha conocido hasta este martes, una vez incinerado en el cementerio de La Almudena en la estricta intimidad, porque quería "irse" de "manera sencilla y sin publicidad", según su viuda Olga Lucas, con la que se había casado en 2003. Sampedro mostró su simpatía por los movimientos sociales de protesta surgidos en torno al 15 de mayo de 2011 y escribió el prólogo de la edición española del libro '¡Indignaos!' del escritor francés Stéphane Hessel, fallecido hace un mes y medio. Fue reconocido a lo largo de su carrera con destacados galardones, como la Orden de las Artes y las Letras de España (2010) o el Premio Nacional de las Letras Españolas (2011).
Sampedro, escritor y humanista, ya no quería ser definido como economista. Abogaba por una economía “más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos”, por lo que su pensamiento adquirió una especial proyección en los tiempos que corren. En 2012, en una de sus últimas entrevistas concedida a la Cadena SER, se mostraba enfadado con la clase política, especialmente con el Gobierno y sus medidas: “No son reformas, son contrarreformas” y arremetía contra la “obsesión” del Ministerio de Justicia de reformar la ley del aborto, contra la supresión de Educación para la Ciudadanía y contra “el desmantelamiento de la sanidad”. Defendía, eso sí, la reacción de los jóvenes que se siguen agrupando para mostrar su descontento. Consideraba que el trabajo que estaba haciendo en ese momento el movimiento indignado era “revulsivo e importante, ya que han conseguido revolver las cosas”.
Decía Sampedro que el problema está en la educación: “La enseñanza religiosa crea un pensamiento dogmático, se establece un dogma y ya no se puede discutir, se acaba con el pensamiento libre. Sin él no hay ni ciudadanía, ni democracia”.
En julio de ese mismo año y durante una rueda de prensa convocada para presentar la puesta en escena de su novela ‘La sonrisa etrusca’ en el Teatro Olympia de Valencia, se mostró convencido de que el sistema capitalista “se acaba”, porque el mundo occidental atraviesa una “auténtica metamorfosis” protagonizada por jóvenes que “ya viven en otra época”, ajena a quienes sólo son capaces de aferrarse a ganar dinero.
Según su visión, el mundo occidental se encuentra en una metamorfosis que le hará salir de “la etapa del dinero” que comenzó en el siglo XV, gracias, en parte, a las actuales innovaciones tecnológicas y sociales. Este avance y sus consecuencias, “es algo que los capitalistas no pueden entender, porque siguen empeñados en ganar dinero y nada más, porque siguen aferrados a sus bancos, a sus billetes y a sus títulos”.
Pero este sistema “se acaba”, y la prueba está en que los jóvenes que se rebelan y protestan “ya viven en otra época”, mientras que los niños van “mucho más allá”, porque “ya son de otro mundo”, dijo y añadió : “La crisis pasará, por supuesto, pero lo hará a costa del sufrimiento de todos nosotros, porque, con la mitad del dinero que se pretende inyectar para que un banco esté lleno, se podría evitar el recorte en lo más importante que hay: la educación y la sanidad”. Fue en ese mismo foro en el que defendió que España “no está para melodramas”.
José Luis Sampedro pasó su infancia en Tánger, ciudad marroquí a la que estaba destinado como médico militar. A su regreso a España, en 1935, aprobó unas oposiciones para técnico de Aduanas y fue destinado a Santander, momento en el que estalló la guerra civil. Después de ser trasladado a un cuartel de Burgos, trabajó en un grupo teatral. En 1946 se doctoró en Económicas, tras lo cual se dedicó a la docencia, que ejerció durante 30 años. Fue profesor en la Escuela Oficial de Periodismo y en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Complutense, donde obtuvo la cátedra de Estructura Económica. En 1969 se trasladó a Salford y Liverpool, donde fue profesor visitante. Tres años después regresó a España, donde despempeñó la cátedra de Ética en la Complutense.
Sampedro alternó la enseñanza con la escritura. Sus primeras novelas, La estatua de Adolfo Espejo y La sombra de los días, no se publicarían hasta años después de ser escritas. En 1952 publicó la novela Congreso de Estocolmo, a la que siguió El río que nos lleva (1961), que la censura impidió que José Luis García Berlanga llevara al cine. Lo hizo el director Antonio del Real en 1988. La película fue declarada de interés por la UNESCO por su contribución a la defensa de los valores de la región del Alto Tajo.
En 1970 publicó El caballo desnudo, en 1981 Octubre, Octubre, obra en la que trabajó 19 años. Tras La archiduquesa y La sonrisa etrusca, siguieron La vieja sirena, La estatua de Adolfo Espejo, El amante lesbiano, El mercado y la globalización o La ciencia y la vida, entre muchos otros.
En teatro, su obra, La paloma de cartón, ganó el Premio Naciona de Teatro Calderón de la Barca en 1950. Sampedro también tenía obra como economista: Realidad económica y análisis estructural, Conciencia del subdesarrollo, La inflación en versión completa, El mercado y nosotros y La economía de mercado.
El 1 de febrero de 1990 Sampedro fue elegido para ocupar el sillón ‘F’ de la Real Academia Española de la Lengua, ingresó en la institución el 2 de junio con su discurso Desde la Frontera, dedicado al consumismo y su pernicioso influjo en la sociedad actual.
Fuente: Diario República
(Entrevista completa)
José Luis Sampedro, el revolucionario tranquilo