Tachibana Mei tiene 16 años, y hace tiempo decidió que las relaciones personales eran un estorbo, fuente de problemas, desilusiones, dolor y confuciones y que mientras menos se tuvieran en la vida, mejor, más fácil. Ahora, ya en la preparatoria, es conocida como una chica arisca, callada, ruda y las reacciones hacia ella bailan entre el temor y la burla. Pero no parece importarle, en su mundo solitaria, ella aprendió a, si no ser feliz, al menos estar relativamente cómoda.
Pero hay hechos que cambian la vida de uno, de forma irreversible. Son como terremotos, y una vez que suceden, ya no hay marcha atrás y solo queda continuar camino adelante. Si Mei no hubiera estado subiendo las escaleras en ese preciso instante, o si Kenji Nakanishi no fuera tan molesto o pervertido, o si no hubiera sido amigo de el, Kurosawa Yamato, quizás nuestra protagonista hubiera podido pasar de largo y seguir su vida, cómoda, fácil....triste.
Pero no fue así, y por eso, cuando en las escaleras Nakanishi hizo el además de levantar su falda, Yamato fue a apartarlo y recibió, por equivocación, no solo las duras palabras de Mei "¡Muerete!", si no que, a parte, recibió su increible patada. El pobre no pudo hacer nada, fue instantaneo... No pudo evitar enamorarse.
Así, entonces, de a poco, estos dos chicos, tan pero tan diferentes comienzan a involucrarse. Yamato es popular, amable, asquerosamente casanova, algo hipócrita, muy inseguro y temeroso del rechazo. Mei, por el contrario, es inocente, reservada, dura en sus juicios y muy sincera. El se pasó la vida intentado llamar la atención y que lo aceptaran, mientras que ella se esforzó siempre por lograr que nadie la notara. Pero ambos están dolidos, y quizás , solo quizás, encontraron a esa persona en quien pueden apoyarse y con quien sanar sus heridas.
Gracias a esta relación, Mei comenzará a relacionarse con las personas, aprenderá a dejarse herir, para al mismo tiempo, dejarse querer. Conocerá al resto y comprenderá sus dolores, también sus alegrías, y avanzará poco a poco fuera de esos muros que ella misma creó a su alrededor.
Esta serie me gustó, pese a ser un shoujo con todas las de la ley, y algo mamó, me llamó la atención el cierto realismo con que trata a los personajes y a sus relaciones con el resto. Las niñas de este animé no son puras y virginales, los chicos no son galanes ingenuos y valientes. El sexo y la hormona a flor de piel, los complejos, el miedo y las inseguridades son los temas que se tratan en este anime. Chicas anoréxicas que se acuestan con cualquiera para saberse lindas, chicos ninfómanos incapaces de acercarse a quien realmente les interesa. En este anime, los personajes sufren, por su origen socioeconómico, por su soledad, por su cuerpo o por el temor que los invade cuando tienen que enfrentarse a la realidad.
A mi me gustó mucho, quizás no sea más que un shoujo mamón sobre colegiales, no lo se, y puede que me guste especialmente porque me siento identificada en parte, no tenga nada especial en realidad. Pero me gustó la profundidad con que se trata a los personajes, alejándose un poco de los estereotipos, y como los personajes se van desenvolviendo. Lo recomiendo mucho.