En la linea de fuego de tus piernas ayer me descubrí, intentando aplacar la sed de la locura de amarte con simples falacias que nunca me llevaron ni me llevaran a nada, filosofando de la vida, aconsejando en vano.
Hoy ya no obtendré ningún merito por nada de eso, pasas frente a mi y observas a otros lugares, buscando no conectar tu mirada con la mía, y es entonces cuando recuerdo las caricias de tus manos, aquellas palabras herrumbrosas...¿Porque finges no conocerme cuando nos importamos demasiado?
Ahora tu con tu vida, yo con mis caminos y este recuerdo bajo el brazo de saber que fuiste mía, que mis manos sangraran cuando otros pechos acaricie, pensando en tu cuerpo. Ironía perpetua de cada día, que me toca sobrellevar, luchando por no caer en esta megamuerte de nuestros días.
Megamuerte, mundo oscuro, un millón de sentimientos abandonados, putrefactos, eso es lo que queda. Y con la armonía de los pájaros negros que ahora me alaban bajo los cielos de mi camposanto, me alejaré hacia otros infiernos, para tentar a la suerte una vez mas, quizá.